La caldera pirotubular se emplea en caso de bajas presiones de servicio de hasta apenas 40 bares y un régimen de potencia de entre 5 y 25 MW. En función del combustible, la cámara de combustión puede usarse en estado frío o caliente. La caldera se puede emplear tanto para la producción de agua sobrecalentada y vapor saturado como para la producción de vapor a altas temperaturas. Gracias a su estructura compacta, este tipo de caldera representa una importante ventaja económica frente a la caldera acuotubular, en particular en casos de flujos de masa de vapor menguados. El siguiente tipo de construcción ha demostrado su eficacia en combinación con el quemador de parrilla recíproca.

En este caso, el evaporador por radiación (pantalla de refrigeración) se compone de tubos de agua y el evaporador por convección, de tubos de humo integrados en el tambor de la caldera. En función de la aplicación, la caldera funciona en modo de circulación natural o forzada. Para la producción de vapor sobrecalentado, es posible integrar superficies de calentamiento por convección en el tercer paso de caldera. La regulación de la temperatura tiene lugar en este caso a través del refrigerador de inyección. El amplio diámetro de los tubos de humo y la optimización de la velocidad del flujo permiten reducir al máximo el nivel de contaminación. Para aumentar el grado de eficacia o en caso de combustibles húmedos, es posible además conectar posteriormente superficies de calentamiento para el calentamiento previo del agua de alimentación (economizador) y del aire. La limpieza de las superficies de calentamiento expuestas se realiza mediante sopladores de aire comprimido o sopladores de hollín de vapor.